En 2024, el panorama de ciberseguridad se caracterizó por varios desafíos y tendencias claves; estuvo marcado por ataques y cambios significativos que afectaron tanto a empresas privadas como a gubernamentales, sectores críticos y a usuarios finales en todo el mundo. Fue un año de adaptación y respuesta a un panorama de amenazas en constante evolución, donde la ciberseguridad se volvió un componente esencial para la resiliencia organizacional.
Pudimos observar un gran incremento en los ataques de Ransomware, con grupos cibercriminales cada vez mejor adaptados y organizados adoptando tácticas y técnicas mucho más agresivas y sofisticadas afectando en gran parte a la cadena de suministro. Tanto los atacantes como los defensores utilizaron inteligencia artificial para mejorar sus estrategias. La inteligencia artificial fue empleada por los atacantes para eludir los sistemas de detección, mientras que las organizaciones usaron herramientas de inteligencia artificial para detectar amenazas más rápida y eficientemente.
Tampoco podemos dejar de lado como el proceso de migraciones hacia la nube trajo consigo vulnerabilidades en sus entornos debido a malas prácticas a nivel de configuraciones y como las amenazas internas ganaron más atención en las organizaciones por la falta de programas de capacitación en ciberseguridad y políticas de gestión de accesos.
Si nos enfocamos en temas políticos no podemos dejar de mencionar las tensiones geopolíticas que llevaron a un incremento los ciberataques patrocinados por estados enfocados en infraestructuras críticas y datos gubernamentales.
El usuario no se queda atrás, sigue siendo el eslabón más débil a nivel de ciberseguridad. La desinformación, la manipulación y la falta de concientización fueron utilizadas como tácticas para las estafas, difamación y ataques tanto personales como públicos y gubernamentales.
Pero no todo fue tan malo, por ejemplo, muchos países comenzaron a implementar y reforzar regulaciones de ciberseguridad, obligando a las organizaciones a mejorar sus protocolos de seguridad y responder a incidentes de manera más efectiva, también hubo un esfuerzo creciente por parte de gobiernos y organizaciones internacionales para colaborar en la lucha contra el cibercrimen, compartiendo inteligencia y recursos. y algunas organizaciones invirtieron más en capacitación continua para sus empleados, reconociendo que el factor humano es crucial en la defensa contra ataques cibernéticos.
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- La Unión Europea avanzó en la implementación del Reglamento de Ciberseguridad (NIS2), que establece requisitos más estrictos para la seguridad de las redes y sistemas de información en sectores críticos.
- En Estados Unidos se impulsaron nuevas regulaciones federales y estatales, enfocándose en la seguridad de infraestructuras críticas y la protección de datos personales, además de la promoción de estándares de seguridad más altos para empresas
- El Gobierno Británico reforzó sus políticas de ciberseguridad, aumentando los requisitos de informes para incidentes cibernéticos y promoviendo la colaboración entre el sector público y privado
- Australia implementó nuevas leyes de ciberseguridad que exigen a las empresas mejorar sus medidas de seguridad y reportar incidentes cibernéticos en un plazo específico.
- En Canadá se introdujeron nuevas regulaciones que obligan a las organizaciones a informar sobre brechas de seguridad y a implementar prácticas de ciberseguridad más robustas.
- Alemania fortaleció su Ley de ciberseguridad, obligando a las empresas a adoptar medidas de protección más estrictas y a realizar auditorías de seguridad regularmente.
- En India se propusieron nuevas normativas que buscan regular la protección de datos y la ciberseguridad en sectores críticos, impulsando la necesidad de medidas de defensa más efectivas.
- Japón continuó avanzando en sus regulaciones de ciberseguridad, especialmente en el contexto de la preparación para eventos internacionales y la protección de infraestructuras críticas.
- En Francia se reforzaron las leyes de ciberseguridad, especialmente en relación con la protección de datos personales y la seguridad de las infraestructuras.
- Brasil avanzó en la implementación de la Ley General de Protección de Datos (LGPD) y en el desarrollo de regulaciones específicas sobre ciberseguridad.
En 2024, el panorama en ciberseguridad para las empresas latinoamericanas fue todo un desafío y fueron objetivo de varios ataques cibernéticos de gran escala, que afectaron a sectores clave como el financiero, energético, telecomunicaciones, y otros. Los ataques incluyeron ransomware, phishing, explotación de vulnerabilidades en la nube y ataques dirigidos a infraestructuras críticas.
Veamos un poco de lo que enfrentaron las organizaciones latinoamericanas:
Brasil
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- La gigante estatal brasileña de energía Petrobras, sufrió un ataque de ransomware y phishing en el primer semestre de 2024, lo que paralizó temporalmente varias de sus operaciones. Los atacantes lograron acceder a información confidencial y exigieron un rescate significativo. La empresa tuvo que implementar medidas de emergencia para mitigar el impacto y restaurar la normalidad.
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El Banco do Brasil fue objetivo de un ataque basado en robo de datos personales y financieros de más de 2 millones de clientes que fueron utilizados para cometer delitos financieros por un total de 40 millones de reales. El grupo criminal contó con la colaboración directa del personal interno de la entidad bancaria, que facilitaron la inserción de scripts maliciosos en los sistemas.
Colombia
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- Bancolombia, uno de los bancos más grandes de Colombia, fue víctima de un ataque dirigido (Robo de datos y exploits) que comprometió las bases de datos de clientes, incluyendo información personal y transacciones bancarias. Los atacantes explotaron vulnerabilidades en la infraestructura de nube del banco para acceder a información sensible.
- Grupo Aval, uno de los conglomerados financieros más grandes de Colombia, fue atacado a través de un esquema de phishing avanzado que comprometió cuentas bancarias de clientes. El ataque resultó en el acceso a fondos de clientes de varios de sus bancos asociados, y se usaron técnicas de ingeniería social para obtener credenciales de acceso.
- Air-e, empresa colombiana que distribuye energía eléctrica en Atlántico, Magdalena y La Guajira sufrió un grave ataque de Ransomware, que dejó a los usuarios sin poder acceder a servicios como el pago de facturas a través del sitio web.
México
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- América Móvil, el gigante de telecomunicaciones en México, sufrió un ataque DDoS masivo que afectó a sus operaciones en varios países de América Latina. Además, los atacantes explotaron brechas de seguridad en sus sistemas internos para obtener acceso a datos confidenciales de usuarios y empleados.
- Cemex, una de las mayores productoras de cemento y materiales de construcción, fue blanco de un ataque de ransomware a principios de 2024. El ataque comprometió las operaciones de las plantas de producción y afectó la cadena de suministro, lo que ralentizó las operaciones en varias regiones de América Latina.
- Grupo Bimbo, uno de los mayores productores de alimentos del mundo, sufrió un ataque de ransomware que afectó su infraestructura tecnológica y sus cadenas de suministro globales. Los atacantes bloquearon el acceso a sistemas críticos de producción y distribución, lo que paralizó temporalmente las operaciones de la empresa.
- La cadena mexicana de Tiendas Coppel fue víctima de un ciberataque que afectó a 1.800 tiendas en todo el país, que vieron diezmada su operatoria por un periodo de tres meses con cierres de sus tiendas en línea y la imposibilidad de procesar transacciones en sus tiendas físicas. La compañía nunca reveló cuál fue el origen ni el alcance real del ciberataque.
Chile
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- Enel Chile, parte del conglomerado energético italiano Enel, fue víctima de un ataque de ransomware que afectó su infraestructura crítica. El ataque comprometió las operaciones de distribución eléctrica en algunas zonas del país, interrumpiendo el suministro eléctrico durante varias horas.
- Falabella, la cadena de tiendas y retail más grande de Chile, sufrió un ataque que resultó en la exposición de datos personales de millones de clientes. Los atacantes obtuvieron acceso a bases de datos de clientes mediante un ataque de phishing que comprometió las credenciales de acceso a sistemas internos.
- Sonda, uno de los proveedores de servicios de TI más grandes de América Latina, sufrió un ataque de ransomware que afectó a varios de sus clientes en la región. Los atacantes lograron comprometer sistemas de TI internos y bases de datos de clientes importantes, incluyendo empresas en sectores financieros y de telecomunicaciones.
Chile / Brasil
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- LATAM Airlines, una de las aerolíneas más grandes de América Latina, fue víctima de un ataque cibernético en su plataforma de reservas de vuelos, donde se comprometieron datos personales de pasajeros, incluyendo detalles de vuelos y pagos. La brecha de seguridad se dio a través de una vulnerabilidad no parcheada en sus sistemas de software.
En Latinoamérica los ataques cibernéticos, incluidos ransomware y phishing, continuaron en aumento, afectando tanto a empresas como a instituciones gubernamentales, debido a esto varios países de la región comenzaron a implementar y reforzar regulaciones de ciberseguridad, incrementaron la colaboración entre países de la región y organizaciones internacionales para compartir información sobre amenazas cibernéticas y mejores prácticas en ciberseguridad, se observaron esfuerzos por parte de gobiernos y universidades para desarrollar capacidades locales en ciberseguridad, a través de programas de capacitación y creación de centros de excelencia.
A pesar de los avances, muchos países aún enfrentaron desafíos relacionados con la falta de recursos y capacidades para abordar adecuadamente las amenazas cibernéticas, muchos países latinoamericanos aún deben trabajar en su resiliencia organizacional en temas de ciberseguridad.
Como pudimos observar el panorama global y latinoamericano en cuanto a ciberseguridad las organizaciones tanto públicas como privadas deben entender que estamos en un mundo cambiante y evolutivo a una escala muy rápida donde la adaptación es la clave, quedarse atrás ya no es una opción porque las consecuencias suelen ser desastrosas.
Para abordar de manera efectiva los desafíos en un entorno digital en constante evolución y mejorar la resiliencia cibernética las organizaciones pueden adoptar las siguientes recomendaciones:
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- Establecer marcos regulatorios solidos incluyendo leyes de protección de datos y regulaciones especificas en los sectores críticos
- Desarrollar planes de seguridad específicos para proteger infraestructuras críticas como energía, transporte y salud, asegurando que estén preparadas para responder a posibles ataques.
- Invertir en mejorar sus infraestructuras de ciberseguridad, tanto en el sector público como en el privado
- Implementar programas de capacitación en ciberseguridad para empleados y ciudadanos, promoviendo una cultura de seguridad que incluya buenas prácticas y concienciación sobre las amenazas.
- Fomentar la cooperación entre países para compartir información sobre amenazas cibernéticas, mejores prácticas y recursos, facilitando una respuesta más coordinada ante incidentes.
- Establecer o fortalecer centros de respuesta a incidentes de ciberseguridad que puedan monitorear, detectar y responder a ataques en tiempo real.
- Promover la investigación en ciberseguridad a través de universidades y centros de investigación, incentivando la innovación y el desarrollo de soluciones locales.
- Establecer foros de diálogo entre el sector público y privado para compartir información, coordinar esfuerzos y abordar desafíos comunes en ciberseguridad.
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