El Pensamiento crítico
Para Platón la filosofía comienza con el “asombro”. Cuando nos asombramos de aquello que siempre nos pareció obvio, comienza el pensamiento crítico. El pensamiento crítico requiere de tomar distancia de la realidad en la que estamos inmersos y objetivarla para su análisis, es tener el deseo de buscar, la paciencia para dudar, la lentitud para afirmar, investigar y considerar un razonamiento.
El pensamiento crítico nos ayuda a diferenciar entre argumentos mediocres y brillantes, a distinguir la información de valor de la innecesaria y principalmente a desmontar los prejuicios. Tener un pensamiento crítico no significa llevar la contraria a todo el mundo o no estar de acuerdo con nadie. Al contrario, el pensador crítico es capaz, humilde, tenaz, precavido y exigente; además de tener una postura libre y abierta.
El pensamiento crítico es una habilidad que todo ser humano debe desarrollar, ya que nos dota de cualidades muy específicas que nos ayudan a resolver problemas de una mejor manera, nos hace más analíticos, nos ayuda a saber si la información puede ser viable o no, nos hace más curiosos, saber e investigar más acerca de temas de interés. Cuando se desarrolla este tipo de habilidades, también se desarrollan muchas otras capacidades del cerebro como la creatividad, la intuición, la razón y la lógica, entre otras.
En el transcurso de nuestra vida constantemente tomamos decisiones que influyen en nuestro futuro, como elegir una casa, un carro, un empleo, inversiones o simplemente que vamos a comer o vestir. Considere las siguientes preguntas:
- ¿Cuándo tomamos decisiones confiamos en nuestra capacidad de pensar de forma crítica y objetiva?,
- ¿Somos conscientes que nuestros pensamientos pueden verse influenciados por nuestros prejuicios o de la sociedad?
Comprendamos el concepto: Sesgos cognitivos
Los sesgos cognitivos son atajos mentales y patrones de pensamiento que pueden afectar a nuestro juicio y a nuestra toma de decisiones. A menudo se basan en experiencias pasadas, emociones e influencias sociales y culturales. Nuestro cerebro ha evolucionado para utilizar sesgos cognitivos como forma de ahorrar tiempo y energía a la hora de tomar decisiones. Estos sesgos nos permiten evaluar rápidamente las situaciones y tomar decisiones sin tener que dedicar demasiado tiempo a analizar cada dato. Sin embargo, a veces esto puede llevarnos a pensar mal y a tomar decisiones irracionales.
Estos son ejemplos de algunos sesgos cognitivos
- Sesgo de confirmación: En este tipo de sesgo tiendes a ignorar las evidencias y buscas información que respalde tus creencias preexistentes valorando más la información exterior.
- Sesgo de disponibilidad: Es cuando te quedas con la primera información disponible; cuando la tendencia es basar la decisión a tomar con lo más fácil que tengas a mano en lugar de considerar otro ámbito informativo.
- Sesgo de familiaridad: Este principio psicológico se basa en la preferencia natural que tenemos por lo familiar, lo que influye en nuestras decisiones y percepciones.
- Sesgo de negatividad: Se refiere al efecto que se produce cuando, habiendo sucesos neutrales o positivos de igual intensidad, los de naturaleza negativa (pensamientos desagradables, emociones, interacciones sociales o eventos traumáticos) adquieren un peso mayor en los estados y procesos psicológicos de las personas.
- Efecto halo: Si ves a una persona con un rasgo positivo, esa impresión positiva se extenderá a sus otros rasgos. Este efecto también ocurre a la inversa cuando se trata de rasgos negativos
- Efecto arrastre: Las ideas, las modas y las creencias crecen a medida que más personas las adoptan. Es la tendencia a hacer o creer en algo porque muchas personas lo hacen o lo creen.
- Pensamiento de grupo: Debido al deseo de conformidad y armonía en el grupo tomamos decisiones irracionales, a menudo para minimizar el conflicto.
- Sesgo de retrospectiva: En este caso hablamos de la tendencia a mirar el pasado y a suponer que se pudieron haber previsto eventos o situaciones que en ese momento eran inciertos. Este sesgo es perjudicial porque crea en el individuo una falsa seguridad que le hace minimizar los futuros riesgos.
- Sesgo del riesgo cero: Preferimos reducir los pequeños riesgos a cero, antes incluso que buscar soluciones alternativas que pueden ser más seguras. Este sesgo genera una falta de creatividad.
- Maldición del conocimiento: Una vez que sabemos algo, asumimos que todos los demás también lo saben. Este sesgo cognitivo se produce cuando un individuo, en comunicación con otras personas, sin saberlo, supone que los otros tienen los antecedentes necesarios para entender lo que dice.
- Sesgo de creencia: describe la tendencia a juzgar un argumento basándose en lo creíble que parece la conclusión, en lugar de en cuántas pruebas se aportan para apoyar esta conclusión a lo largo del argumento.
- Sesgo de autoridad: Confiamos y estamos más a menudo influenciados por las opiniones de las figuras de autoridad
- Sesgo pesimista: A veces sobrestimamos la probabilidad de malos resultados.
- Sesgo optimista: A veces somos demasiado optimistas sobre los buenos resultados.
- Prejuicio de punto ciego: No creemos que tengamos prejuicios, y lo vemos más en los demás que en nosotros mismos.
Los sesgos pueden influir mucho en nuestra forma de tomar decisiones. Por ejemplo, el sesgo de disponibilidad puede hacer que nos fiemos demasiado de la primera información disponible, mientras que el efecto «grupo» puede hacer que sigamos a la multitud, aunque vaya en contra de nuestro buen juicio. Estos sesgos pueden llevarnos a tomar decisiones equivocadas con consecuencias negativas.
Es importante ser conscientes de nuestros propios sesgos cognitivos y trabajar activamente para superarlos. Esto puede implicar buscar diversas perspectivas, cuestionar nuestras suposiciones y tomarnos el tiempo necesario para evaluar cuidadosamente toda la información disponible antes de tomar una decisión.
Si comprendemos los sesgos cognitivos y tomamos medidas para mitigar su impacto, podremos tomar decisiones más informadas y racionales en nuestra vida personal y profesional.
En conclusión…
El pensamiento crítico no solo puede ayudarte en el plano laboral; también tiene grandes beneficios a nivel personal ya que implica la capacidad de evaluar la información objetivamente, mientras que el pensamiento sesgado está influido por nuestras creencias y emociones preexistentes. Al desarrollar nuestras habilidades de pensamiento crítico, podemos superar nuestros prejuicios, tomar decisiones informadas, disponer de una visión más creativa, objetiva e imparcial, construir opiniones fundadas, a través del conocimiento de otras perspectivas, fomentar nuestra capacidad analítica para no ser fácilmente manipulable e Incrementar la resiliencia, mejorando la adaptación a los cambios.