Esta vez iniciare con una anécdota. Desde niña siempre se me exigió mucho en casa, en cuanto a mis estudios, y eso creo en mí una gran autoexigencia, siempre he estado entre los mejores estudiantes, con las mejores calificaciones y formando parte de todo lo extracurricular que pertenecía al colegio, en folclore, cruz roja, cruz blanca, oratoria, poesía etc. En primer ciclo me gradué con honores, como presidenta de la comunidad educativa e ingrese a uno de los colegios con gran prestigio para cursar el segundo ciclo o bachillerato, recuerdo que antes de ingresar tome un curso para llegar preparada en materias como matemáticas, física y química; pero en el primer bimestre, (en aquellos tiempos era bimestre), traje mi primer fracaso en química, ¡Me quería morir!, lloraba a mares, sentía que el mundo se me venía encima, que en casa me iban a castigar, que no había valido la pena mi esfuerzo en las vacaciones antes de ingresar al colegio. ¡Fue caótico! Cuando le informé a mi madre del fracaso en aquella materia no fue tan grave como me lo esperaba, no me castigaron y tampoco me morí. Recuerdo que mi madre me dijo: ¡tranquila! solo debes seguir esforzándote para recuperar tus notas, todavía tienes el resto del año.
Aquella situación me cambio, empecé a tomar las cosas con más calma y no volví a traer malas notas, seguí esforzándome, no me deje vencer por ello y me gradué felizmente. No es que nunca más haya fracasado, sigo siendo autoexigente en algunos casos y aun cometo errores, pero ya no suelo tomar el fracaso de manera caótica, decido aprender de ello.
Se que no es fácil, que hoy en día tanto la sociedad, las circunstancias y nosotros mismos nos imponemos muchas exigencias, pensamos que si las cosas no salen como deseamos es el fin del mundo y créanme no lo es. Para alcanzar el éxito siempre habrá obstáculos. Muy bendecido el que llega al éxito sin un solo traspié; pero como dicen por ahí, lo que fácil llega, fácil se va.
Todos hemos escuchado aquella frase que dice: ¡sin miedo al éxito!, lo que no dicen es que, para no tenerle miedo al éxito, debes no temerle al fracaso, siempre he dicho <<el No ya lo tenemos, vamos con todo, vamos con coraje en busca de nuestros sueños>>.
Es duro fracasar, pero es aún más duro no haberlo intentado nunca, vivimos con miedo al qué dirán, a salir lastimados o a fallar, pero de los errores también se aprende, al final es tu decisión seguir avanzando o quedarte ahí estancado, piensa que algo estas aprendiendo para alcanzar tu meta, el fracaso es un paso hacia el éxito, no es la clave del éxito, la verdadera clave del éxito es la persistencia, el nunca rendirse y aprender del proceso. Si no tomamos el fracaso como aprendizaje seguiremos en el mismo hoyo sin poder salir o seguiremos tropezándonos con la misma piedra.
John Maxwell en su libro «El lado positivo del Fracaso» nos dice que debemos transformar los fracasos en victorias, asumiendo la responsabilidad, aprendiendo de cada error, reconociendo que el fracaso es parte del progreso, mantener una actitud positiva, desafiando las suposiciones y opiniones anticuadas o malintencionadas, creer que algo no funciono y seguir preservando.
La gente cree que el fracaso se puede evitar, y no se puede. Todos fallamos y cometemos errores. Somos seres humanos, como decía – Norman Cousins -<<la esencia del hombre es la imperfección>>. Entonces tenga claro que va a cometer errores en el transcurso de su vida y que algunas veces sufrirá, fracasar no significa que es el resultado final de lo que queremos lograr y la única persona que realmente decide que ha fracasado es usted mismo, usted decide si tira la toalla o sigue luchando.
El cómo percibimos y reaccionamos a los errores y fallas es su decisión, usted puede reaccionar incorrecta y negativamente o tener una actitud positiva y aprender de ellos. El fracaso es un precio que debemos pagar para alcanzar el éxito.
Empiece a moverse, no se quede estancado, impúlsese, cometa errores y siga adelante, a veces hasta los mejores caen, muchas personas exitosas se han encontrado en situaciones que consideran un fracaso, pero no por eso se han dejado vencer.
El fracaso es la oportunidad de comenzar otra vez con más inteligencia – Henry Ford –